miércoles, 15 de julio de 2009

La clase política más corrupta… es la que nos ha tocado a los argentinos





El ministro de Justicia y Derechos Humanos de la Provincia de Santa Fe, Héctor Superti manifestó a Diario Uno de Santa Fe, que para luchar contra las irregularidades dentro de las fuerzas del orden público no alcanza el trabajo del gobierno, sino también el apoyo que brinden los poderes Legislativo y Judicial.

Dijo que el jefe de los fiscales, el Dr. Agustín Bassó no respondió un pedido que le hizo el gobierno para que otorgue prioridad a la persecución penal de la corrupción policial.

Este Ministro se muestra muy preocupado por la corrupción de quienes no pertenecen a la casta privilegiada de los políticos.

Pero no demuestra ninguna preocupación ni interés por que se avance en las investigaciones por casos de corrupción política. Se puede enumerar una interminable lista de casos de corrupción de funcionarios políticos, que apañados por sus cómplices, duermen el sueño de los justos en añejos cajones de atiborrados escritorios y armarios, en espera de su prescripción.

Nada ha hecho este Ministro por exigir el esclarecimiento de numerosas causas que salpican a funcionarios políticos.

Los juguetes de Vanrrell, la Causa IBM - Banco Provincial, las causas por las dos últimas inundaciones, la compra de las motoniveladoras chinas, el negociado con la pretensión de privatizar el cobro de impuestos en la Municipalidad de Santa Fe, las “obras virtuales”, el cobro indebido de subsidios para el transporte urbano de pasajeros por colectivos en Santa Fe, la causa por las pasantías en la municipalidad de Santa Fe, etc., etc,, etc. Cientos de páginas se precisarían para enumerar las causas penales que involucran a esa lacra de corruptos.

Pero Santa Fe no es una isla dentro de nuestra Argentina esquilmada por estos parásitos. Y a lo largo y a lo ancho de la Patria, esta caterva de corruptos es apañada por sus pares. Pero es bien sabido, que entre ellos, se acompañan hasta la puerta del cementerio, pero no más allá. Cuando alguno de ellos se ensucia escandalosamente, es acompañado “hasta la puerta del cementerio”. Se lo apaña y encubre hasta donde se puede, para no quedar “pegados”.

Ahora, por televisión, en los canales Telefé y Canal 26 se mostraban imágenes del intendente de la localidad rionegrina de El Bolsón, el radical Oscar Romera, insultando, amenazando y agrediendo de hecho al notero del programa televisivo “CQC” Gonzalo Rodríguez. Ante la contundencia de las imágenes, la clase política rionegrina se manifestó y votó una resolución por unanimidad, en una sesión especial, un proyecto de repudio de estos hechos de violencia, y se le exigió al intendente a pedir disculpas a la comunidad y a garantizar la tranquilidad. Omitieron advertirle que la próxima vez que ejerza violencia contra a un periodista mientras lo están filmando le van a hacer “chas, chas en la cola”. Pero si no hay pruebas, que lo haga tranquilo, total después se niegan los hechos y se acusa a la prensa de falsear los hechos.

Si el autor de tamaña e injustificada agresión hubiera sido un miembro de las fuerzas armadas, de seguridad o policial, esta lacra de hipócritas se estaría rasgando las vestiduras, exigiendo que el delito sea tipificado como de lesa humanidad y que el acusado sea condenado hasta la eternidad a permanecer en una cárcel común.

Ninguno de estos corruptos se esmera en pedir la destitución de la Presidente y sus cómplices, por las manifiestas y reiteradas violaciones a la Constitución Nacional. Ninguno de estos parásitos se esmera en exigir el rápido esclarecimiento de los innumerables casos de escandalosa corrupción que involucra a funcionarios de los distintos ministerios del gabinete nacional, ni hablar, para no volver a poner en la palestra, el olvidado caso de las “coimas en el Senado de la Nación”. Tampoco van a exigir la destitución de jueces que a pesar de tener numerosas denuncias por corrupción, son serviles al poder político.

ESTA ES LA CLASE POLÍTICA QUE NOS HA TOCADO A LOS ARGENTINOS

LA MAS CORRUPTA


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