viernes, 2 de marzo de 2012

Cristina Kirchner ¿está "chapita"?

Cuando las palabras ya no importan porque los gestos y actitudes centralizan la atención, la locura alcanza niveles inimaginables como todo acto insano y crece cuando es alentada por una muchedumbre enajenada que la alienta.
En los centros dedicados a la atención de pacientes con alteraciones mentales se trata de evitar el contacto con aquel que excitado de sobremanera contagia al resto con su estado alterado.
Cualquiera siente cierto temor cuando se nos acerca un alienado a los gritos, aunque intentemos comprenderlo en ese momento priva el miedo a un acto violento.
Lleva tiempo acostumbrarse a comprender o entender que no todos los que llamamos vulgarmente “locos” son peligrosos, pero algunos hay aunque no comprendan sus actos.
Los hay de todo tipo y origen, algunos despiertan pena, otros cierta gracia, y los que ocultan su estado bajo una apariencia normal.
Por supuesto que estas son apreciaciones de alguien que no se especializa en el tema ni es siquiatra, solo observaciones de una simple persona.
La historia nos cuenta de locos que llegaron al poder ocasionando grandes tragedias, destrucción y muerte por doquier.
Algunos perduran a través de los siglos como el emperador Nerón que incendió Roma, detalle más o menos, un ejemplo de que locos siempre hubo.
A la presidente se la observó como dijo un amigo usando un término moderno aunque no ortodoxo: “sacada”.
Sin moderación alguna, con inusitada agresividad, nerviosismo manifiesto, con tramos de llantos, humor ácido, con un discurso interminable tipo castrochavista, con tropiezos al faltarle o mezclarse sus papeles, con esos pedidos imperiosos de siempre, los cuales sumados a su particular visión de la realidad histórica más ciertos comentarios jurídicos que demostraron su falta elemental del conocimiento que debería tener como abogada y su falta de aceptación a la división de poderes, hicieron de la inauguración del 130º período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación , la cual se olvidó de hacer de manera formal, un tristísimo espectáculo.
Alguien mencionó que hay muchos remedios que faltan debido a la gestión de Moreno que ha cerrado la importación de muchos productos.
Sin embargo muchos callan lo que está a la vista aunque no hay peor ciego que el que no quiere ver.
Lo que preocupa es hasta donde nos puede arrastrar un gobierno tan cerca de un manicomio que se creen iluminados salvadores del país.
El voto se puede convertir en un arma mortal cuando se hace con indiferencia y se piensa con el bolsillo.
Para nuestros políticos en general y en especial para la presidente la democracia es un medio para ejercer la tiranía.

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