martes, 27 de marzo de 2012

Se ejecutó otro acto de venganza

El Tribunal Oral Federal Nº 2 de Rosario, integrado por Beatriz Baravani de Caballero, Otmar Paulucci y Jorge Venegas Echagüe, ejecutó una nueva venganza de los terroristas asesinos que sembraron de sangre y muerte a nuestra patria desde el comienzo del gobierno constitucional del Dr. Arturo Illia, hasta que fueron derrotados en el campo militar por las fuerzas armadas y de seguridad, que contaron con la invalorable colaboración de los ciudadanos que se atrevían a denunciar los refugios de estos criminales. Criminales que pretendían imponer a sangre y fuego, una dictadura marxista.
Pero gracias a nuestras fuerzas armadas y de seguridad, fueron derrotados en el plano militar.
Restablecida la democracia, estos criminales se enquistaron en los distintos partidos políticos, para desde allí gestar su venganza.
Finalmente lograron que Néstor Kirchner y su sucesora, Cristina Kirchner, en una componenda político-económica, se aliara a ellos y estableciera una campaña de supuesta defensa de derechos humanos. Lo que les dio oportunidad de tratar de saciar su sed de venganza contra sus vencedores. Venganza disfrazada de justicia.
A ello, se prestaron jueces prevaricadores, timoratos o simpatizantes de ideologías totalitarias perimidas y fracasadas. Jueces que se limitaban a escuchar imputaciones de las supuestas víctimas y sus secuaces. Negándose a realizar serias investigaciones. Sin citar a declarar a superiores, iguales y subalternos de los imputados. Tampoco se investigan los datos aportados por los acusados.
Todo es un circo montado para hacer una parodia de juicio, donde las condenas ya están dispuestas de ante mano, para satisfacer los deseos de venganza de criminales terroristas, que aunque hubieran resultado víctimas de secuestros, torturas y desapariciones, no los exime de su responsabilidad como criminales terroristas.
Simplemente, fueron criminales terroristas que no cejan en su intento de tomar el poder para imponernos una dictadura marxista.


Orlando Agustín Gauna

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