miércoles, 7 de marzo de 2012

Sra. Presidente, haga como nosotros

Carta de una maestra rosarina a Cristina Fernández de Kirchner


Bueno, Señora Presidenta, usted que todo lo sabe y todo lo puede, la invito a inscribirse a reemplazos en la escuela pública. Su título de abogada la habilita para dar cátedra en distintas materias en las escuelas secundarias en la provincia de Santa Fe.
Renuncie, como lo hizo Manuel Belgrano, a todos los lujos, y dedíquese a dar clase. Súbase a un colectivo repleto en las horas pico; trasládese de una escuela a otra; estudie, planifique clases, corrija; trabaje en aulas superpobladas con cuarenta alumnos, haga el esfuerzo por impartir conocimientos a chicos a los que el sistema capitalista que usted defiende a capa y espada, les negó todo durante su primera infancia.
Atienda a chicos con problemas de adicciones, inténtelos hacer recuperar el principio de realidad; busque instituciones de la salud pública adonde se pueda atender a su problemática; y no se olvide de cumplir con el programa establecido por el Ministerio de Educación.
Si no quiere trasladarse tanto, venga a trabajar a las escuelas primarias; y de vuelta, estudie, planifique, corrija, prepare regalitos, haga láminas, prepare tareas y actividades especiales para los chicos con dificultades de aprendizaje, elabore informes de esos alumnos demandando al Ministerio de Educación que les brinde atención a través de profesionales; vuelva a hacerlos porque los papeles se perdieron en los laberintos burocráticos.
Si el niño consigue turno en el hospital o la sala para atenderse con una psicóloga, una fonoaudióloga o un neurólogo, acuerde entrevistas fuera del horario de clase.
Con el sueldo de $3200 páguese cursos, cómprese libros, saque fotocopias para sus alumnos; saque de su bolsillo para pagar los gastos de teléfono de la escuela porque el Ministerio de Educación no paga las llamadas a celulares que hacemos a los padres de nuestros alumnos desde la escuela; haga “vaquitas” para comprarle zapatillas al niño que no puede asistir a la escuela; realice visitas domiciliarias para buscar a los chicos que no asisten a clase.
Cuénteme cuántas horas trabaja y después charlamos. Trabaje desde febrero hasta diciembre, como lo hacemos nosotros y después diga que tenemos tres meses de vacaciones.

Claudia Abraham, docente rosarina

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