martes, 5 de junio de 2012

Daniel Reposo, el gran farsante

San Agustín expresaba que “La mentira consiste en decir falsedad con intención de engañar”. ¿A quién tuvo la intención de engañar Reposo cuando falseó su Curriculum? La respuesta es muy simple: a la sociedad argentina. Su engaño, en efecto, tiene como finalidad acceder a un cargo que debiera estar al servicio del pueblo argentino. De allí que si Reposo fuese un hombre de bien, debiera hacer dos actos de modo simultáneo: renunciar a toda aspiración al cargo de Procurador General de la Nación, por un lado, y pedir disculpas a todos los argentinos por haber pretendido engañarlos, por el otro.
Ahora bien, la conducta del senador Fernández no queda exenta, por su parte, de una garrafal gravedad moral. El senador justifica una mentira que tiene por finalidad engañar a todo el pueblo de la Nación Argentina. Esta actitud del senador lo transforma, ipso facto, en cómplice de la mentira de Reposo. Se hace uno con él en la intención de engañar. Pero la intención de engañar por parte del senador no termina en el acto sofístico y mentiroso de pretender restar importancia a la mentira de Reposo, sino que el mismo se prolonga en todos los actos que el senador va a llevar a cabo para que este Señor llegue a ocupar el puesto al que aspira. Es como decir: una estafa continuada y descarada a todo el pueblo argentino.
Por Carlos Daniel Lasa
Fuente: Argentinos Alerta
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