viernes, 27 de julio de 2012

Evita y Roca

En breve, el billete de cien pesos con la cara de Julio A. Roca será sustituido por otro con la imagen de Eva Perón.
Y me pregunto por qué no podrán coexistir los dos. A qué obedece esa incompatibilidad. O acaso Perón (línea histórica hispánica ) cuando nacionaliza los ferrocarriles británicos y les pone el nombre de figuras como Roca, Mitre, Urquiza y Sarmiento, identificados con la corriente política anglosajona, no aporta a la unidad nacional al ponerse el conjunto de la construción histórica argentina arriba del hombro con prescindencia del signo ideológico de cada uno de sus componentes.
Para Perón, la Argentina es un todo contenedor de todas y cada una de las partes que la componen. Pero la ahistoricidad de este gobierno no les permite comprenderlo, y los lleva recurrentemente a una interpretación facciosa de nuestro pasado, presente y porvenir. Su conducta de policías de la memoria les impide ver el significado del abrazo Perón-Balbín como aporte a la pacificación de los espíritus y la reconciliación nacional.
O del gesto de Lanusse, el 25 de mayo de 1973, cuando le pone la banda presidencial a Cámpora, luego de haber peleado una vida para impedir el regreso del peronismo al poder y sin embargo, al no romper las reglas de juego estando aún al mando del ejército, que también aporta a la unidad nacional. Sin embargo, Cámpora (símbolo de la principal agrupación oficialista) cuando habilita a los montoneros y ante el pedido de renuncia de Rucci por el despropósito recurre incluso al General Carcagno (Jefe del Ejército) para que lo respalde ante tal solicitud, traiciona a Perón. Poniendo en evidencia, una vez más, que la cara oculta de la obsecuencia es siempre la traición. 

Por Ricardo A. Romano
romanor@fibertel.com.ar

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