miércoles, 7 de mayo de 2014

La desigualdad de los iguales

El artículo 16 de la Constitución Nacional establece que: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre, ni de nacimiento: no hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y de las cargas públicas.” 
Pero desgraciadamente, en esa igualdad ante la ley, “algunos son más iguales que otros”.
Así, por ejemplo, con relación al Jefe del Ejército, General Milani por su participación en la dictadura, la Presidente de Abuelas de Plaza de Mayo, afirmó: “la Justicia dice que toda persona es inocente hasta que se demuestra lo contrario”. Y Milani sigue en su cargo y en libertad, mientras otros acusados de delitos de “lesa humanidad”, son inmediatamente detenidos ante la más simple imputación.
Ante una denuncia formal en la Ciudad de Santa Fe, contra el titular de Bolsafe Valores S.A., a las 24 horas, el Juez actuante ordenó su detención. Ricardo Jaime, que fuera Secretario de transporte de la Nación, acumula más de 30 denuncias en su contra, goza de libertad y a pesar de su fastuosa vida, solicita no asistir al juicio por la “Tragedia de Once” por los costos que le implican su presencia en el juicio, y la justicia accede a su pedido.
Y en la vida cotidiana, también vemos como “algunos son más iguales que otros”.
Así por ejemplo si en la Ciudad de Santa Fe, alguien pretende la cremación de un familiar recientemente fallecido, le asignarán un turno para varias semanas después; mientras los deudos de algún “famoso”, obtienen la cremación inmediata.
En la madrugada del martes 5 de mayo, tras varios días de agonía, falleció Juan Ismael Arteriza de 22 años. Arteriza era un humilde vecino de la Ciudad de San José del Rincón, en la Provincia de Santa Fe; herido mortalmente en ocasión de ser víctima de un intento de robo; y por su condición de “humilde” es “menos igual que otros”. Durante toda la jornada del martes (día hábil), no se le pudo practicar la autopsia, demorando la elaboración del duelo a sus familiares. Si hubiera sido “mas igual que otros”, la autopsia se le hubiera practicado apenas dejara de respirar, cualquiera hubiera sido el día y la hora de su deceso.
Es obligación de todos, bregar para que el Artículo 16 de la Constitución Nacional deje de ser una utopía.

Orlando Agustín Gauna Bracamonte

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